El trabajo pictórico de la artista francesa Lucie Geffré llama la atención por un lenguaje plástico caracterizado por las tensiones y contrastes que se crean entre lo abstracto y lo figurativo, el tratamiento de los colores, la sutileza de los detalles y la gravedad y la expresividad que transmiten sus figuras.
Fascinada por la fuerza y la profundidad que desprende el rostro humano, su trabajo se centra, principalmente, en el retrato. La soledad de sus personajes y la abstracción de los fondos, acentúa la presencia intensa e inquietante de las figuras, consiguiendo retratar aquello que no se ve, pero que sí se siente. Lo que Lucie nos muestra es la humanidad del ser humano, con sus luces y sus sombras. Una obra sutil y potente que no deja indiferente, sino que propone un encuentro de dialogo con aquel que la mire.